Si hoy en el mundo todos viviéramos conforme a los caminos de Dios revelados en la Biblia, nos maravillaríamos de lo que Dios puede hacer por nuestra nación en nuestros días. Así pues, atrévase a imaginar.
- Una mayoría honraría a Dios y se respetaría entre sí; verían la vida como un regalo de Dios.
- Todas las madres amarían a sus hijos aun no nacidos, y todos los padres proporcionarían la estabilidad amorosa que necesitan sus hijos.
- El racismo sería raro. La reconciliación uniría a todas las razas y grupos étnicos.
- No temeríamos la violencia o el latrocinio.
- Las pandillas desaparecerían por falta de adeptos. En vez de ellas los jóvenes hallarían una verdadera comunidad y propósito en el cuerpo de Cristo.
- La gente mantendría las calles limpias. Nadie ensuciaría con graffiti las paredes, los carteles de la carretera o los edificios.
- La mayoría de las personas respetaría el medio ambiente y practicarían una buena mayordomía sobre la creación de Dios.
- Desaparecería el maltrato a los niños y a las esposas.
- El divorcio sería extremadamente raro.
- Las relaciones rotas serian restauradas a medida que las personas se arrepintieran y se perdonaran unas a otras.
- Los escándalos financieros no se producirían.
- Las empresas procurarían superarse con iniciativas benéficas.
- Los políticos, los oficiales y los jueces serian verdaderos funcionarios públicos.
- Millones de dólares quedarían disponibles para obras públicas porque habría poca corrupción, fraude o evasión de impuestos.
- La productividad de los trabajadores aumentaría a medida que el alcohol, las drogas y la pornografía declinaran y la gente trabajara con objetivos y propósitos y fuera competente.
- Las prisiones vacías tendrían que ser rediseñadas para otros usos o ser derruidas.
- Miraríamos hacia fuera, ayudaríamos a otros en lugares lejanos, extenderíamos el evangelio y cubriríamos sus necesidades físicas.
- La gente diría la verdad en amor. Las palabras obscenas y la calumnia serian la excepción, no la norma.
- La furia de los conductores seria un fenómeno peculiar del que se ocuparían los eruditos de la historia.¿Qué otras cosas podrían suceder? ¿Qué aspecto tendría su país?
Atrévase a soñar y de un paso de fe para ver que estas cosas se hagan realidad. Copiado del Libro que Transforma Naciones de Loren Cunningham con Janice Rogers.